El año más importante para Campotéjar quizá sea 1920. Cuando el entonces marqués de Campotéjar,
don Santiago Felipe Durazzo Pallavicini, vende el pueblo a la Sociedad
Garrido, romero, Rojas y Compañía. (En adelante, S.G.R.R. y Cia).
Campotéjar se vendió un 17 de marzo de 1920 a S.G.R.R. y Cia que se creó el 9 de febrero de 1920. Queda constancia de esta venta en el folio 150, Libro 5º de Campotéjar, Tomo 316, Finca 268, Inscripción 2ª.
El Estado, como todos sabemos, andaba en pleitos con esta familia
para que el Generalife - puesto que no tenían títulos de Propiedad del
mismo-, se declarase Patrimonio Nacional. Este último marqués de
Campotéjar vino a España para ultimar los detalles de cesión del
Generalife a manos del Estado; como gesto de buena voluntad regala la
Casa de los Tiros al cabildo granadino y es en este momento cuando se
vende Campotéjar. Sin duda quería dejar zanjado todo lo referente a sus
posesiones en España. Perdido el Generalife, y la Casa de los Tiros,
intentó sacar provecho de lo que le quedaba. Venderá de una forma rápida
y por escaso valor, el pueblo. La gente de Campotéjar no esperaba este
trato y quedó -lógicamente-, muy decepcionada.
En la mente de todos estaba el deseo de que las tierras que
siempre habían cultivado, pasasen a sus manos, comprándoselas
directamente al marqués, pero este optó por vendérselas a la C.G.R.R. y
Cia , Compañía ajena totalmente a los intereses del pueblo. Estaba claro
que no quería esperar a solucionar el tema de sus colonos, y el destino
de éstos no le preocupaba en absoluto.
Hay un dato que llama la atención; la gente de Campotéjar siempre
habla de que el último señor de este pueblo fue una marquesa; hay que
decir , que esto no esasí, porque “la mujer que vino en coche”, era la
viuda del marqués que, llevada por la nostalgia visitó Granada y
recorrió todo lo que antes fue propiedad de ellos: Generalife, Casa de
los Tiros y Campotéjar.
Sin duda la llegada del coche fue un acontecimiento porque
entonces el transporte se hacía con tiro de caballos, con paradas en la
Venta Barajas, Rincón, Andar, Zegrí, El Chaparral y Mitagalán.
Cuando la Sociedad tiene en su poder las tierras comienza a vender.
Actuó como apoderado de la compañía Francisco de Paula López
Ruiz. Este disgrega parcelas para que en lo sucesivo formen predios
nuevos e independientes. El padre Correas vino de mediador entre las
partes
-Sociedad y compradores-.
No debemos olvidar apuntar que existió una gran diferencia entre
los compradores , pues los grandes labradores -arrendatarios- podían
comprar más cantidad de tierra que los pequeños. Ejemplo de ello lo
tenemos en el año 1924, cuando se le venden seis predios a Francisco Ramos Contreras. Andrés Maldonado pasó a ser el año 1920 uno de los más ricos dueños en Campotéjar.
Entre las propiedades urbanas del marqués, se encontraban una
Posada en la calle del Pilar, en la calle Real, lo que todos conocían
como Casa Antigua y la Casa Grande, situada en la calle Labradores que
era la calle más poblada.
En el momento de la venta, también eran “acomodados” los gañanes,
porqueros... .
La propiedad quedó muy fragmentada. Esto que puede parecer lo más
apropiado, pues supondría que estaba la tierra más repartida, entrañaba
no pocos problemas, y sus consecuencias serán muy negativas como se verá
más adelante.
Existen unos datos referentes al Partido de Iznalloz referentes
al tema de los latifundios donde aparecen los siguientes datos sobre
latifundios para 1932 y que no dejan de llamar la atención puesto que nos dicen que Benalúa y Montillana
se hallaban muy parceladas, Dehesas Viejas con 1398 Ha. Tenía el 60% de
sus fincas en sólo dos parcelas, Campotéjar tenía el 62% de sus
superficie en dos fincas y una de ellas con 1797 Ha. Y así sigue una
serie de datos referidos al resto de pueblos del Partido de Iznalloz.
No obstante, no especifica los propietarios, pero lo que llama la
atención es que si hablamos de aparcelaiento estos datos se contradicen a
no ser que el autor del libro tuviese los datos de años anteriores a la
venta del pueblo o de los primeros momentos de dicha venta, porque los
embargos de 1932 no pueden ser referidos en un libro de ese mismo año.
La Sociedad fue la que realmente salió beneficiada ya que vendió,
a precios más caros, unas tierras que adquirió a precio de saldo debido
a la premura del marqués en vender.
La fórmula que desde el mismo año de 1920
sigue la Sociedad fue la venta de las tierras a plazos.
Fue de esta forma porque se hizo en un momento en el que los precios de
la tierra estaban muy altos, y la gran mayoría si quería acceder a un
sueño abrigado durante generaciones: su propia tierra, debía hacerlo de
este modo. Grava error que se empieza a pagar ya en el año 1932,
cuando muchos propietarios de tierras fueron embargados por falta de
pago. Pero no sólo afectó a las propiedades rústicas, también a las
urbanas, bien fuesen casas o chozas de chamiza. Error que sigue en el
tiempo, comprobable cuando en el año 1936
se realiza el traslado del tipo contributivo aún no habían acabado de
pagar la tierra, a pesar de haber transcurrido 15 años. Se encuentran
por tanto con un escaso trozo de tierra nada rentable, que tienen que
acabar de pagar y como añadido, la contribución. No es difícil imaginar
la situación tan desesperada en la que muchos se encontrarían y que
podría explicar - aunque no por ello digamos que estuviesen justificados
-, los radicalismos habidos en ciertas propiedades durante la Guerra
Civil.
Lo que no deja de llamar la atención es el hecho de que sea a partir del año 1936
cuando las propiedades de sólo unos cuantos empiezan a crecer de forma
considerable. Incluso hasta el punto de que muchos de los propietarios
actuales vinieron hace muchos años de fuera del pueblo y se instalaron
aquí aprovechando la coyuntura de unos propietarios agobiados por los
impuestos y obligados a vender. A todo esto se unieron los dificilísimos
años de postguerra.
Si antes fueron los impuestos y los plazos ahora serán las
situaciones límite las que obligaron a vender como sea y a precios
ínfimos.
En 1942 el hecho de que los muchisimos documentos privados que se hicieron en 1920,
deban convertirse ahora en escrituras Públicas que debían ser pagadas,
dificulta aún más las posibilidades de seguir siendo propietarios.
En todos los sentidos Campotéjar se ve afectada negativamente
cuando el pueblo se vende hasta el punto de que años más tarde, en 1942 y 1945
Campotéjar ve aumentada la contribución de forma disparatada sobre las
propiedades, siendo así que los pueblos colindantes pagaban menor
contribución por poseer un Catastro más antiguo.
El Ayuntamiento es el primero en protestar y en este caso tenía
motivos más que suficientes, no sólo debía defender al pueblo sino a sí
mismo a ser propietario de una Sociedad llamada Eras Antiguas, donde se
incluía un terreno que con el tiempo será un fuente de ingresos para las
arcas municipales al ser vendido por parcelas, como terreno
urbanizable. (Egido Eras).
Es Ayuntamiento envía un escrito de protesta, y que a decir verdad tiene toda la razón.
El escrito referido a Campotéjar
es del tenor siguiente: “ Para alguien que pase por las carreteras que
la circundan, la de Granada y la de Dehesas Viejas, ve unas tierras
ricas y productivas pues ve sus vegas y sus secanos que dan una
sensación de bonanza. En cambio, si entramos por Andar y pasamos por las
Umbrías Grande y Chica, el Pocopan, el Cuco, Cerro Castellón, Cerro del
Víctor, Cerro del Barranco los Lobos, el Llano de la Corza, Cantallora,
Los Caices, y por la linde de la Junta saliese otra vez por Andar la
sensación ya no sería de bonanza”
Esto es cierto y más en aquellos años, hoy quizá no tanto, debido
al cultivo del olivo. Pero si observamos las fotografias rápidamente
vemos como el terreno se empobrece - en los lugares indicados -, pues es
fuertemente calizo.
En los años 40 los precios asignados a los productos básicos no
compensaban a los pequeños propietarios de los factores ya numerados, a
parte de que se presentasen malos años para las cosechas. A lo anterior
se sumaba el costo de la producción, y la comercialización de los
productos, el Puntajo y Onitar, hacia difícil el transporte por medio de
animales y muy caro, si se hacia mecánicamente debido a sus grandes
pendientes y largo recorrido.
Cuando Campotéjar
se vende, solo se producía de forma alternada trigo y cebada y
garbanzos al tercio, pero no eran cosechas de gran producción. El olivar
era de reducidas dimensiones e improductivo. En otros tiempos estas
cosechas de cereales se veían compensadas por el monte y el ganado. En
los años cuarenta el monte ya había desaparecido debido a las
roturaciones y el intenso aparcamiento que se produce con las compras de
tierra que eliminaron casi el 90 % de la riqueza pecuaria. El tema de
las roturaciones es mas antiguo de lo que recordarse pueda. Sin embargo
esta práctica se ha mantenido hasta nuestros días ya que la figura de
los rotureros es la que mejor recuerdan los mas ancianos; éstos, los
rotureros, rompían un trozo de monte, lo cultivaban gratis dos o trés
años y después, pagaban un precio por lo cultivado. A parte de la renta
debían pagar una gallina. En tiempos de este último marques se le
seguía pagando en especie y se sabe que el medidor de tierras era el
guarda José Antonio Muñoz.
El regadío se verá también afectado por el fuerte aparcelamiento y
evidencia la escasez de agua de sus vegas. Paradogicamente, estas se
veían arrasadas la mayoría de los años por el desbordamiento de los ríos
a Capotear: el río Moro y El Garnafate.
Esto es, a modo de resumen lo esencial de la venta y posterior trayectoria, de las propiedades en Campotéjar.
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